20 febrero 2011

Narcóticos contra el mal de amor

Este post no trata sobre su título, sino de algunos resultados del mal de amor... o del bien de amor...

Yo no soy una persona muy musical, quiero decir: no entiendo nada de música, ni buena, ni mala, ni tonos, ni nada. Pero me gusta. Mucho. Me distrae día a día de un montón de cosas y me obliga a concientizar otras que a veces preferiría olvidar sólo por vaga...

Y entre muchas cosas que recurren en mi i-pod día a día, hay algunas listas de audio que me recuerdan a alguien, que surgieron porque me hacían pensar en alguien, o porque alguien me la "regaló", o que simplemente me trasladan a otra época, otro lugar, otras personas...

Cada cierto tiempo, vuelvo a repetir una en particular, una de mis favoritas.. Y que, al escuchar, no puedo evitar agradecer a quien me la regaló... además de una historia de fábula y recuerdos helados maravillosos, me regaló 20 canciones que a día de hoy me sacan miles de sonrisas y risas... Y este post surge del pensamiento, al escuchar esa música, de qué nos deja una relación; en términos puramente materiales este chico no me dejó mucho más que un piercing viejo que aún guardo en mi monedero y un porta retratos con una foto de una despedida en una estación de tren (dos recuerdos que adoro y cuido con todo mi ser)... En términos musicales, me dejó una extraña obsesión hacia el rap español y la felicidad de observar las caras confusas en los ómnibus montevideanos de una oficinista sudamericana escuchando a Nach Scratch... En términos poéticos, me dejó recuerdos de invierno y nieve y felicidad en Londres y Madrid (y pocos días con más felicidad de la que puedo pedir para el resto de mi vida...)

Otro hombre, en cambio, me dejó con la sensación de que estuve perdiendo seis meses de mi vida en nada... A veces, cuando tenía aún el odio vivo, soñaba despierta con gritarle a la cara que lo único bueno que quedó de nuestra relación fue el mate viejo de su madre (que aún uso)... Me dejó algo más: la angustia de escuchar canciones que, antes de él, me encantaban, pero que luego se convirtieron en "nuestras"... Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina, a veces, aún, tienen su voz... Y ya no los escucho con angustia, y ya no tengo ganas de gritar nada... Pero su música "sabe" a él... está ahí... y me hacía sentir como una mujer con sombrero que murió... y no queda más nada... Los recuerdos de la angustia y la vergüenza y la humillación pueden borrar seis meses de felicidades diarias, mi memoria es selectiva y, de eso, ya no recuerda casi nada...

Antes de ellos dos, compartí más de cuatro años con un buen amigo que derivó en "algo más"... En cinco años de vida se acumula mucha porquería... cosas grandes y chicas, importantes y no tanto: regalos de cumpleaños, Navidad y San Valentín, tarjetas de aniversarios, papelitos de chocolates, peluches, recuerdos de viajes.... ¿Música? Música: mucha.. De todo tipo, de la romanticona del principio, de bailar en miles de fiestas, de compartir el día a día... Desde Alejandro Sanz hasta Madonna, en algún punto, alguna canción de toda una época puede traer un momento, una conversación.... Y música que hoy en día considero absolutamente "mía", pero que de golpe puedo darme cuenta que en un momento fue "nuestra"... qué más da...
El fin de semana pasado también me di cuenta de que, aunque no lo quiera, él está por toda mi casa, en adornos, en cuadros que hicimos juntos, en regalos de sus padres, en mil y una cosas que hoy son MI vida, pero que en otro momento fueron otra cosa... Aunque a veces quisiera negarlo, el tiempo es mucho y muy pesado, y no se puede, la raíz de mucho de mí viene de eso que fui con él... Y nada de esto que escribo implica ningún sentimiento romántico... Sólo implica realidad, saber de dónde vienes: no se puede encarar el presente sin ese conocimiento...

De este último pensamiento quiero redondear todo lo que he escrito: no soy una persona que esté todo el día pensando en antiguos amores, pero a la hora de escribir, se me vienen a la cabeza. Me sale mejor escribir de ellos que de amores potenciales, o de sueños vacíos, nubes en el aire que se me escapan día tras día, hora tras hora, sin rumbo ("como pompas de jabón", Sui Generis es música "mía" JA! ...y de mi madre... a la mierda con Freud... este paréntesis acaba de crear necesidad de un nuevo post...)

*Lechuza