28 julio 2011

A veces, por ser mujer...

Me siento tal y como este día:
pesada, húmeda,
gris, odiosa,
cerrada, enredada,
lenta, fría,
quejosa, ruidosa,
agotada, triste,
débil, llorona,
somnolienta, soñadora...
Queriendo cerrar los ojos
y que sea mañana.

*Lechuza

A mis queridos lectores masculinos: lo siento, así se siente reglar...

04 julio 2011

Narciso o el hombre sanguijuela

A veces sus ojos eran verdes, a veces azul cielo, a veces café brillante,
pero siempre me confundían y casi me convencían
de ver lo que él veía,
de creer en su reflejo.

De pensar que estaba bien dar todo y esperar poco a cambio.
De confiar, seguir y admirar ese reflejo,
de creer que era un privilegio el simple hecho de poder observarlo.

Su reflejo era tan grande que nada más abarcaba,
ni el mío, ni el tuyo, ni el de nadie más:
anulaba todo lo que rodeaba la laguna pobre que era su imaginación.
Y buscaba encerrarme en esa laguna,
sin que me diera cuenta de la trampa:
una arena movediza, en lugar de un lago cristalino,
en la cual el reflejo gigante se estampó, se endureció y formó una escultura falsa, una criatura deformada,
que en realidad no era reflejo de nada,
más que de sus delirios.

Y tanto me enceguecía su luz,
que yo caía de arena en arena,
hundiéndome, por no tener el cuidado de observar mejor,
de apreciar más allá, de ver que nada era más que un triste convencimiento.

Hasta un encuentro fortuito,
una suerte del destino,
que me permitió dejar de ser Echo,
y liberarme de una locura ajena,
al abrir mi mente y mi corazón,
al dejar de buscar reflejos en esa posa,
salir de ese monte perdido y
llevarme la inesperada sorpresa
de que en el mundo existe gente... Real.


*Lechuza

Ps. Va por vos, que me hiciste ver más allá, y por mi amiga Lucía, que también, al fin, se liberó de una seguidilla de sanguijuelas...