30 mayo 2011

Hay veces

Cuando lo único que se puede hacer es escribir...
que la lluvia me recuerda a mi misma
que el otoño es lento y a veces doloroso
que a veces tiemblo y caigo como las hojas
que se me amarga el pecho y no puedo decir nada
y estar quieta parece ser la única solución.

Pero la solución es salir y correr
salir y que la lluvia me haga sonreír
que la humedad me recuerde la vida
que el frío me traiga la verdad
(y que la verdad me acerque a ti).

*L

19 mayo 2011

En tránsito

El tiempo se detiene
El mundo ya no gira
El Sol duda
La Tierra se calla
Yo me callo
porque el Universo es demasiado vasto,
porque la melancolía es demasiado cruda,
porque el recuerdo es demasiado real
para resumirlo en palabras.


*L

15 mayo 2011

Mi hogar de Lechuza

A veces, cuando escribo, o simplemente cuando miro por la ventana de un tren, un bus, un avión;
me quiero creer un caracol: pequeño ser nómade con su hogar a cuestas.

Mi hogar soy yo... y una pequeña extensión resumida en mi gran maleta rosada. La que me ha acompañado en tantas vueltas, la que está toda sucia y se ha roto varias veces. La que descansó y fue juntando cachibaches durante cuatro meses, abajo de mi cama en Londres. La que arrastró montones de nieve por las calles de París. La que se rompió en una estación de tren y me sirvió de asiento en varios caminos. La que paseé por el metro de Santiago una tarde en que mi ciudad me trató como extranjera y sin recepción alguna en el aeropuerto de Pudahuel. La que la gente a veces mira medio extrañada, pero que a mi me llena de orgullo.

Y ahora pienso: definitivamente, no soy el tipo de persona que podría andar por la vida con una maleta común y corriente... Y ya mismo pido perdón, porque me suena abrumadoramente prejuicioso haber utilizado la expresión "el tipo de persona"... Aunque es cierto que no soy como unos, y sí como otros... (¿Soy como algunos cronopios cronopios?)

Hoy he despertado en casa y la maleta rosada está en el medio de mi cuarto... parece que me quiere decir algo, parece que se ríe un poco de mí... ella sabe que no es suficiente refugio para este caracol y yo me doy cuenta por la sonrisa que se me dibuja al ver mis paredes, mi cartelera, mis fotos, mis sábanas.... Aún mi living no tiene sillón, pero ya no puedo andar con mi hogar a cuestas, me veo obligada a confesarme a mi misma que me gusta cierta estabilidad, que no soy nómade, que necesito volver a mi espacio y a mi gata; y que (por lo menos para mí) la esencia de ser viajera está en tener un lugar dónde volver.

*L

Noche en mi tierra

He vuelto a casa, luego de un mes por mi Chilito lindo. Reviso el cuaderno que me acompañaba en la cartera y creo que vale la pena rescatar esto:


El grito de un ave en la niebla rompe la densidad del aire, sube perdido por el monte...

Ciento-un imágenes sin posible descripción: un país triste, un país de plástico, un todo de brillantina y, debajo, escondido, el dolor, el olor a tierra húmeda, las flores muertas, el murmullo del río... y almas en vela... ¿Esperando la paz? O, quizá, sólo el amanecer, para evaporarse con las nubes, para dejarme ver el mar, para mostrarme el futuro.


*Lechuza

02 mayo 2011

Escape

De repente: hastío.
De la falsedad.
Del materialismo.
De tanto brillo,
brillo que no comprende nada,
sólo ciega y no deja ver con claridad lo que hay detrás:
detrás no hay nada.
Absolutamente nada.

¿Dónde hay algo más?
Por ahora sólo se que en el fondo de "mí misma",
en la paz de respirar profundo.
(Y en la esperanza aquella que a veces me encierra...)

Vuelvo a encontrarme con algo más real que yo,
no allá, en el fin del mundo;
no allá, del otro lado del Océano;
no en un rezo,
no en un abrazo,
sí en la convicción profunda
de que no necesito más
que esta alegría de seguir mi corazón,
de estar haciendo lo correcto.

*L