16 junio 2011

Mi Buenos Aires Querido

Que esta ciudad me mostró,
al nacer el otoño de 1987,
la luz del sol por primera vez;
la maravilla del aire en mi pecho,
el horror del caos del mundo,
las nubes, la lluvia, la Luna y las estrellas...

Que he negado de un patriotismo que no me corresponde toda mi vida.

Pero, cerca del Abasto lloré mis primeras lágrimas,
sentí mis primeros dolores
y amé a mi devota madre y su pecho.

Y, hasta hoy, como un imán,
Buenos Aires me llama,
para escapar de mi realidad,
para perderme en sus rincones y mercados,
para decorar mi vida con pequeñeces de San Telmo
y volver al Cementerio de La Recoleta,
donde la muerte no se siente como muerte, sino como paz;
para reunirme conmigo misma en la historia
y planear ser leyenda y no-leyenda;
y recordar, aún, las lágrimas, el dolor, de un país en caos.

*Lechuza
5 de junio de 2011