30 septiembre 2014

Amanecer

El primer guiño del Sol aparece dudoso
El eucalipto dibuja tímido el amanecer

La cama se llena de grillos cantores
Pájaros de nombres desconocidos conversan con el horizonte

El rocío llora sobre los jazmines
Los búhos se van a dormir con la Luna

Busco tu abrazo y te veo lejano.
Me encuentro en tus sueños,
recitando la primavera.

19 septiembre 2014

Pienso, luego existo

Rara conciencia de estar vivo.
De existir en tres dimensiones.
En cinco sentidos.
En un alma...
¿Un alma?
Una capacidad de pensar...
Neuronas innumerables...
Una masa gris,
pero roja de sangre...
Entre mis oídos,
detrás de mis ojos,
arriba de mi paladar...
Casi puedo tocar cada pensamiento
con la punta de la lengua, mientras nace,
mientras aparece ahí, entre mis párpados...
Se enfría con la respiración de un golpe de viento...
Se hace eterno, de golpe,
con las yemas de mis dedos
o el roce de mis labios.

*Lechuza

17 septiembre 2014

Septiembre

Quiero dibujar con palabras
todo lo que veo desde el diván.

Detrás de la ventana,
una pareja comparte un mismo tenedor;
las cabezas se acercan,
las miradas se sonríen,
las manos muestran los primeros días del amor.

Más allá, los árboles bailan la primavera,
visten orgullosos un nuevo color,
cantan una nueva canción y
recitan un nuevo perfume.

La calle corre impaciente
su día miércoles;
vibra música, gritos, viento
y el olor del río.

Una quinceañera se esconde en sus lentes de sol.
Un anciano toce su último cigarrillo.
Un perro corre detrás de una bicicleta.
Una paloma vuela al nido.

Aún hace frío.
Pero para mí, todo es color primavera.
Es septiembre:
no necesito jazmines, rosas, ni tulipanes;
no necesito volantines, bailes, ni banderas;
no necesito cielo, montaña, ni mar.
Sólo necesito una palabra en mis labios,
esa única palabra
llena de dolor, esperanza y verdad.

09 septiembre 2014

Hace años ya que te espero...

Te soñé sonriendo,
corriendo hasta mis brazos sobre el pasto mojado...
Te susurré poemas de amor y cuentos de pájaros...

Te imaginé estornudando,
arrugando la nariz y las cejas,
resoplando sobre mi pecho...
Te cuidé con miel y laurel y canciones de mi tierra...

Te vi del otro lado del vidrio,
golpeando la ventana,
pidiéndome un beso, agitando tus brazos...
Te dí todo mi aire, mi piel y mi voz...

Me envenené con tu olor,
me ahogué en tu mirada,
me perdí en el momento en que dijiste mi nombre...

Observé todo lo que imagino y todo lo que no puedo imaginar,
todo lo que será sorpresa y todo lo que no podrá sorprenderme...

Te vestí del color del sol y te perfumé con el viento,
Te regalé coronas silvestres y recetas de mi abuela,
Te di todo lo que he sido y todo lo que puedo llegar a ser...

Te puse el nombre más perfecto...
Y dudé al despertar...