al nacer el otoño de 1987,
la luz del sol por primera vez;
la maravilla del aire en mi pecho,
el horror del caos del mundo,
las nubes, la lluvia, la Luna y las estrellas...
Que he negado de un patriotismo que no me corresponde toda mi vida.
Pero, cerca del Abasto lloré mis primeras lágrimas,
sentí mis primeros dolores
y amé a mi devota madre y su pecho.
Y, hasta hoy, como un imán,
Buenos Aires me llama,
para escapar de mi realidad,
para perderme en sus rincones y mercados,
para decorar mi vida con pequeñeces de San Telmo
y volver al Cementerio de La Recoleta,
donde la muerte no se siente como muerte, sino como paz;
para reunirme conmigo misma en la historia
y planear ser leyenda y no-leyenda;
y recordar, aún, las lágrimas, el dolor, de un país en caos.
*Lechuza
5 de junio de 2011
3 comentarios:
...Cuando yo te vuelva a ver... La verdad despertaste la melancolía de uno que se siente argentino a la manera que Cortazar decía sentirse francés, y san telmo, o mi amado tigre como dice el tango se me escapa un lagrimon gracias por la nostalgia me hacia falta
"Te morías por volver
con la frente marchita cantaba Gardel
y entre citas de Borges Evita bailaba con Freud"
Hermoso post,
a veces para ver bien hay que mirar de lejos,
de cerca no se llega a apreciar tanto,
Bs As ahora esta muy cosmopolita,
y el ritmo que nos imponen en el mundo de correr todos y nadie sabemos porque corremos....
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