Se cuelan por mis manos y se pegan a mis botas,
suben por mis venas y me aprietan el ombligo...
Los primeros fríos juegan con mis rodillas, me endurecen los ojos y cosquillean mi cuello...
Duermen en la punta de mi nariz y se esconden por mi espalda,
bajan desde mi pelo y me quitan la respiración...
Los primeros fríos pegan tu nombre a mis labios,
se ríen de mi tristeza infantil y me obligan a esconder el dolor.
Mientras lleno la tetera, juegan con la ironía:
me alegran y me acobardan,
me endulzan y me oscurecen...
me obligan a mostrarme y a esconderme,
a evadirme y a buscarme...
Me cortan la piel, pero me entibian la sangre...
Me esconden en la noche y me arrastran hasta el amanecer.
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