10 marzo 2008

Allá, en Patagonia.

Sin esperarlo.
Sin poses.
Sin maquillaje, ni ropa coqueta.
Con los ojos bien abiertos.
Y con mi mami.
Fui a la Patagonia.

Y encontré...
Un mundo más real que lo real....
Y una mujer dentro mío, más sincera que yo misma.
Más real que yo misma.
Más viva que esa yo misma que creía suficiente...
Nunca es suficiente. ("Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos", dice Galeano, escrito en mi pared)

Menos artificial.
Menos terca.
Un poco menos egoísta. (Digo un poco porque siempre se puede y debe ser menos egoísta)

Encontré una paz y algo dentro mío que estaba muy dormido...
Encontré respuestas y sentido.

Y descubrí, sin habérmelo preguntado antes...
Por qué, cómo, cuándo, dónde y con quién mi madre se convirtió en la persona maravillosa y extraña que es.
Y en el momento sólo lo viví y no lo pensé, pero ahora me lleno de lágrimas pensando en que vi su escuela y la casa que construyeron mis abuelos y ese Estrecho por el cual pasó Magallanes y esos pastos llenos de ovejitas...
Y de a poco puedo contar que este verano sentí la historia humana y geográfica de este planeta...
Y eso al fin me permite encontrar lentamente, pero con fuerza, mi propio lugar en esa historia...

2 comentarios:

Pame Recetas dijo...

:)

java dijo...

ahhh q lindo! me re gusto...
escribis lindo.
bueno t mando un beso t quiero!