29 diciembre 2013

Fin

Tan definitivo como la vida.
Como el impacto de la palabra pronunciada.
Como el veredicto de cada segundo que decreta el reloj.

Tan definitivo como la muerte.
Como el silencio en el vacío del espacio.
Como la tristeza del último rayo de sol.

05 noviembre 2013

Esmalte rojo

Esta historia comienza con mis manos llenas de sangre. Las lavo apurada bajo el agua fría, pero se me hace difícil sacarla de debajo de las uñas, escondida bajo el esmalte rojo.
En el espejo el rímel corrido me habla. Me habla de mi misma. Me dice que debo correr, huir tan rápido como pueda.
Cierro la llave y justo en ese momento tocan la puerta.

Me despierto. Estoy en el piso del baño, arrullada en la alfombra. Me duele la cabeza y noto que mi vestido está roto. Hace días tengo esos sueños extraños. Siempre terminan con alguien golpeando la puerta.

Me tengo que preparar rápido para un nuevo día, es lunes y ya me estaba olvidando que tengo que ir a la oficina.
Camino al trabajo, lo mismo de siempre... pongo la única música que me quita el dolor de cabeza. En un semáforo busco el rímel en mi cartera, maldigo que no tuve tiempo de pintarme la uñas. Sin embargo, noto rojo entre los dedos... Creo que estoy volviendo a soñar...

*Lechuza


08 octubre 2013

Inspiración o ataque de pánico

Yo pensaba que el calor de la ciudad en verano no era poético, y, sin embargo, el ruido de un motor me obliga a cambiar de opinión; el olor a polvo de mi infancia santiaguina y la terquedad de los jeans pegados a la piel me llevan a un mundo de inocencia y contención... 
El verano lleva mi apellido en los labios, el sol en mi piel traza un dibujo de mi familia y marca viva la tristeza del campo de mi país... El canto de los pájaros me saca de mi propia conciencia y me pierde en un rincón lejano del cielo... Las micros y las bocinas me erizan la piel y mi cabeza no para... Y yo no se cómo parar, cómo detener el tiempo en un grito, en un segundo, en un rincón del mundo, que me permita explicar a otros este nudo de sensaciones, de recuerdos, de nostalgia, de vida, que me aceleran el corazón.

*Lechuza

11 septiembre 2013

Hace cuarenta años, todos los días

Hoy, sólo tristeza y silencio.

Mi familia está rota.
Mi país está roto.
Mi corazón también.

Cuarenta

De repente, se me dio por preguntarme dónde estaremos en cuarenta años... Dónde estará el mundo, dónde estarán nuestras sociedades, nuestros países... No yo, quizá yo no esté en cuarenta años, eso da lo mismo, me da lo mismo...

Pero espero que estemos más cerca de la justicia. En todas sus formas. Más cerca de la dignidad. Más cerca de lo humano.

No puedo imaginar estar más lejos de la tristeza, ni de esta nube de polvo amarga que vuelve cada 11...

Ojalá, eso si, estemos cada vez más y más lejos de repetir la historia.

*Lechuza

10 agosto 2013

Ansiedad (o pesadilla?)

Mareo y náuseas.
Una contractura. O dos. O tres. O quince...
La guata revuelta.
La cabeza pesada.
Me muerdo una uña. Después dos. Después diez.
Suspiro. Respiro. Suspiro otra vez.
Me tiembla el pie.
De repente, tiemblo entera.
Siento como un ácido en la guata.
Se me acelera el ritmo del pecho.
Intento frenar la turba de imágenes que vienen corriendo hacia mi cabeza...
Cierro los ojos.
Intento dormir rápido.
Intento dormir mucho.
Mañana, al despertar, empezará todo otra vez.

07 agosto 2013

No para

A veces me olvido de quien soy y de todo lo que llevo en la maleta.
A veces me acuerdo de que es un peso grande, que me arquea la espalda y me duele al dormir.
A veces lucho contra la memoria, pero los recuerdos más lejanos atacan sin aviso... Incluso los que no son míos, los que vienen en la sangre... 
Abro la maleta y empiezan a saltar en todas las direcciones, enredados, incesantes... No logro detenerlos hasta que es demasiado tarde, hasta que la euforia o la melancolía me tiran al piso en un llanto de risa o en un ahogo de pena...

A veces es jodido pensar tanto, recordar tanto... No poder o no querer cerrar la llave de la memoria y de la imaginación... A veces cuesta asumir haber vivido diez vidas en una (o media, o un cuarto...)
Pero a veces inspira y, siempre, siempre, me asegura que quiero escribir... porque no conozco otra forma de gritar.

*Lechuza

05 agosto 2013

Un día (hoy) decidí ser feliz

Un día decidí que tenía que ser feliz.
No sólo con lo grande, no sólo con los planes y perspectivas a largo plazo.
Sino, con esto, con hoy.

Una noche tuve una pesadilla, en que seguía años y años presa de una absurda amargura diaria.
Y, en la mañana, pude ver claramente, que si no puedo cambiar hechos de la realidad, sí puedo cambiar frente a ellos mi sonrisa, mi corazón y mi mirada. No puedo cambiar el cansancio, pero si voy a estar cansada, por lo menos que no esté cansado mi humor...

No voy a seguir años en un trabajo que detesto, eso es seguro. Pero mientras esté ahí, mientras duela, sólo yo puedo hacerlo un poquito mejor...

*Lechuza

(Filosofía barata que antes reinaba mi vida, la de disfrutar el día a día, pero que hace unos meses había dejado en el fondo del placard...)

26 julio 2013

Porque van a ser cinco años...

De golpe, me acordé de esa noche de invierno en Barajas y me vino el recuerdo de la más pura angustia... El olor a McDonald's, las náuseas, Julieta Venegas sonando por la radio... Tu cara diciéndome adiós a través del vidrio.

De ahí, volé aún más atrás en el tiempo y recordé una tarde de verano en Barajas... La emoción que tenía de seguir viaje y, de golpe, pantallas con letras rojas de vuelos cancelados, y la pista llena de carros de bomberos y ambulancias... Y mi corazón de niña roto ante tanta angustia y desesperación.

El día siguiente, una mujer tomó las riendas y dejó de ser niña...  Pocos momentos de mi vida me causan tanto orgullo como ese, en que me subí en un avión rumbo a Berlín, dándole la cara directamente a los fantasmas del día anterior...

Recuerdo la felicidad que sentí al ver Berlín por la ventana del avión... La impaciencia por recorrer los rincones de la ciudad donde se conocieron mis viejos... El cosquilleo de ansiedad en mis pies y en mi ojos por no perderme ni un detalle...

Y después, más lejos todavía, la dura y fría pared de la distancia, el despertar a 12 horas de mi madre... No he encontrado en mi vida ninguna otra definición de "lejanía": "lejos" es estar a un día reloj de mamá. Saber que para mi era día cuando para ella era noche me resultó más extraño que la idea de despertar en Marte...

Y luego, la felicidad de llegar a un idioma conocido... de comprender no sólo las palabras, sino también los gestos, las miradas, las actitudes de la gente... Y recién después de eso, llegar a un nuevo hogar, para empezar, en realidad, el verdadero viaje.

*Lechuza

26 marzo 2013

La alegre ironía del viento fresco y el sol entibiando la piel
La suave música de las hojas en los árboles
La picardía en el canto de las aves
El juego de las sombras sobre el pasto
El olor a tierra fresca
Y el globo, gigante, girando con nosotros a cuestas...

La tierra se empieza a vestir del color del atardecer...

Es marzo

Es otoño

Es momento de cerrar los ojos, para volver a nacer.

*Lechuza