28 octubre 2014

Treinta y siete grados en Santiago

El agua de la manguera una tarde de verano
Su ruido
Su sabor
Su alivio frío

El baile lento del girasol
Su sonrisa de nostalgia
Su suspiro
Su ansiedad muda

El cemento triste, insolente,
testigo de mis pies de niña,
maldita piel del paisaje urbano,
torpe recuerdo del fin de una inocencia

*Lechuza

No hay comentarios: