06 julio 2016

No es tan gris el invierno

Te quiero escribir versos tristes.
Te quiero escribir verbos amargos,
artículos graves,
adjetivos absurdos,
nombres robados.

Pero no eres más que mi propia sonrisa.
Llenas, sin quererlo, todo el aire.

Borras mi vocación de melancolía.
Confundes, de pronto, a toda esta nostalgia.

Te cuelas en mis sueños y me regalas
(en silencio,
despacio,
en la breve mueca de tus labios)
el mejor despertar.

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