17 abril 2017

38˚ de sensación térmica

De pronto, como siempre,
como todas esas revelaciones (evidentes) del subconsciente,
me doy cuenta por qué amo tanto Montevideo en verano,
la Ciudad Vieja en verano...

La oficina tiene el mismo olor a madera vieja que la sede antigua del Partido...
El mismo polvo caliente baila en el aire...
Las mismas baldosas queman la piel con olor a sol,
y las palomas...
Y los pájaros cantan la misma canción que a principio de los noventa...
y los buses y las motos roncan lo mismo...
Y un silbido repentino,
y un cartel de helados palito...
Y, de repente, Montevideo es cualquier ciudad en verano...
Montevideo es volver a Santiago en un cerrar de ojos...
Es mi infancia en un guiño...
Y trabajar todo enero es volver al abrazo de papá.

*Lechuza
11 de enero de 2017

No hay comentarios: