31 agosto 2014

Adiós agosto

Se enfriaba el té y las gotas de lluvia golpeaban la ventana.
El viento sonaba como un grito, como un llanto ahogado;
presagio de una noche larga,
de oscuridad y de tormenta;
de soledad y frío.

Ella, con la mirada perdida detrás de la niebla,
temblaba y castañeaba los dientes.
Él la abrazo y, más que su cariño,
sintió miedo.

En un suspiro escaparon fantasmas silenciosos.
En una lágrima callaron viejas ilusiones.
En un giro de su mirada aparecieron nuevas poesías.

Dejó la taza sobre la mesa y se envolvió con una frazada.
Él se sentó frente a la chimenea y ella apoyó la cabeza en su regazo,
para sentirlo acariciando su pelo.
Se durmió escuchando la música del fuego y,con un suspiro de alivio,
la más dulce promesa:
"Mañana, será primavera".

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